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Afrodisíaco excita con su álbum debut

La agrupación de música contemporánea panameña que dejó al país en alto en Viña del Mar lanza al mercado su primera producción.

“Sin raíz, no hay país” es el contundente lema de Afrodisíaco, un grito de guerra que en vez de agredir desea exaltar, promover y aceptar lo propio en un mundo globalizado y cambiante. Su álbum debut, titulado Viene de Panamá, fue producido por la agrupación y es el resultado de tres intensos años de trabajo por parte de sus integrantes, quienes poco a poco fueron dando forma a este proyecto que presenta sonidos frescos enteramente panameños.

Afrodisíaco saltó a la fama en 2016 cuando ganaron la Gaviota de Plata por la mejor canción folclórica del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar en Chile, un hito cultural que ningún otro artista panameño había logrado. El tema ganador es el que titula el disco, compuesto en 2014 y enviado ese año para competir en el festival de la Quinta Vergara; sin embargo, varias vicisitudes le impidieron participar, así que al año siguiente fue vuelto a grabar y a someter a los jurados, que para la categoría de folclor contaban con 500 aplicaciones de la región latinoamericana. La segunda fue la vencida y el tema fue reconocido, con el grupo haciendo el viaje a Chile para presentarlo en vivo. La pieza es un reflejo claro del sonido del grupo y de sus bases artísticas: un tamborito con mejorana de lo más panameño, con una letra inspirada en poemas de Lope de Vega (La dama boba) y Demetrio Korsi (Visión de Panamá).

Y esto es precisamente lo que Afrodisíaco propone: un matiz musical inspirado en el tambor, ya sea congo vía Portobelo, bullerengue de Darién o cortacacho de provincias centrales, con arreglos propios del world music o el pop contemporáneo. Las letras son evocativas y cariñosas, poniendo por delante esas raíces mixtas que conforman la identidad del panameño.

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Tatiana Ríos es una de las dos voces de Afrodisíaco.

El disco contiene 10 temas que presentan un recorrido rítmico, además de folklórico, del istmo, con el “afro” por delante. Empieza con Ola de mar, un congo alegórico sobre el agua y los mares que nos rodean. Le sigue Manuela, otra inspiración de congo tradicional que incluye un poco de hip hop à la Calle 13 y la hermosa línea “Manuela, tu piel canela me hace vibrar. Bailemos allá en Palanque, frente al mar”. El coco es una pieza divertida, casi lúdica, sobre esta fruta tropical y sus procesos, todo con un toque de calypso. El mar regresa en Navegá, sobre el tránsito de esclavos africanos, y de una manera más notoria en Agua del Canal, un homenaje unificador a esta obra industrial que nos ha definido como nación y un legado a quienes lo construyeron, diciendo “Cumbia, sudor y humanidad” y “agua oscura y agua clara que se juntan día a día” mientras señala que el canal es tan nuestro como la pollera, el tamborito y la mejorana.

Otra inspiración en un son de tambor tradicional es Ese moreno, otro tema sobre la influencia afrodescendiente en la cultura panameña enriquecida también con un poco de rap y un solo de guitarra digno de Santana. Algunos reconocerán a Tintorera del mar, un estándar interiorano a ritmo alegre de tambor cortacacho propio de poblados como Monagrillo, la Villa de Los Santos y el área de Chitré. La música sigue la línea geográfica con Quién te besó, una colaboración con Samy y Sandra Sandoval que exalta ese acordeón típico y esa energía contagiosa por las cuales son reconocidos. El álbum cierra con Hay que sumarse, otro tamborito hecho para conmemorar la semana de la Responsabilidad Social Empresarial en Panamá y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas, un comunicado abierto sobre la esperanza y el cambio positivo para el futuro del mundo.

Viene de Panamá fue presentado con un ameno show en el teatro Anita Villalaz en la Plaza de Francia, uno de los escenarios más nobles de la ciudad. Acompañados por bailarines y fotos conmovedoras de mujeres y niñas de diferentes razas, la agrupación repasó su repertorio con un sonido y una dirección musical de primera. El grupo tiene una base rítmica al contar con tres percusionistas, Luis Mitil en la batería, Arnulfo Reyes en el tambor panameño, Hebert Ureña en la percusión y los coros (además de un percusionista colombiano invitado). Herver Montero toca el bajo y Gustavo Salamín las guitarras y la mejorana, agregando la melodía al tambor. Eduardo Charry, el hermano colombiano del grupo, es también su director musical, tocando los teclados y el violín para combinar lo moderno con lo tradicional en algo único y propio.

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Unidos por el tambor: Arnulfo Reyes y Herbert Ureña con un invitado especial de Colombia.

Miroslava Herrera y Tatiana Ríos son las compositoras y cantantes principales de Afrodisíaco, un dúo de voces que se complementa permitiendo que cada una demuestre la fortaleza de su interpretación. Sus vestidos, inspirados también en elementos de la indumentaria femenina afro, acentúan sus raíces y agregan vistosidad al show, de cuya música ellas son la más pura encarnación.

Herrera, quién cantó descalza y con siete meses de embarazo en el lanzamiento, es como una Lila Downs panameña, consciente del pasado de su país y enamorada de sus raíces, pero con la suficiente noción del mundo moderno como para crear canciones que reflejen esta cultura para el goce de todos. Ella es la líder filosófica de Afrodisíaco, la responsable por la cita del Subcomandante Marcos que abre el manifiesto escrito en los créditos del álbum: “Llamamos a todos y a todas a no soñar, sino a algo más simple y definitivo: los llamamos a despertar”; a lo cual le sigue esta reflexión cultural: “Somos mestizos triples que no dejan de sumar influencias desde la individualidad de cada integrante, hacia la amalgama del trabajo colectivo”.

No cabe duda que Afrodisíaco es uno de los proyectos musicales más relevantes de los últimos años en el país. Uno espera que su debut internacional en Viña les abra las puertas al resto del mundo, y que al igual que Los Beachers –cuyo disco fue lanzado el día anterior al suyo en una semana de celebración musical nacional– continúen promoviendo los sonidos híbridos y endémicos que distinguen a Panamá.

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Afrodisiaco durante el lanzamiento de Viene de Panamá en el Anita Villalaz.

Fotos cortesía de Afrodisíaco.