No cabe duda que el 2016 fue un año activo y positivo para el artista panameño Cisco Merel. Con dos exhibiciones individuales, una y otra en Guatemala, y varios proyectos interesantes, el trabajo que plasmó en ellas representa una clara progresión de su discurso de forma y color aplicado en diversos medios.
Entrevistado en la residencia que comparte con su esposa –la también artista de Argentina Bárbara Cartier– Cisco se tomó un ratito para recapitular sobre uno de los ciclos más fértiles de su carrera hasta el momento.
Organización y optimización
“¡Empezó bastante intenso!”. Así describe el artista el comienzo del año que culmina mientras se escriben estas líneas. Desde enero sabía que de posibles fechas para exposiciones para el resto del 2016 y según se iban confirmando se fue ajustando en su ritmo de trabajo.
Después de todo esta no era la primera vez que tendría expos simultáneas, recordando que anteriormente tuvo que prepararse para dos eventos importantes, uno en Panamá y otro en Los Ángeles, casi al mismo tiempo; “ya sabía cómo era la dinámica. Poco a poco uno va manejando los procesos y los tiempos”, comenta. ¿Y cómo lo hace? Pues con mucha organización, siempre tratando de optimizar su tiempo de trabajo ya sea en su taller personal o en Articruz, instalación multiuso del maestro venezolano del arte cinético Carlos Cruz-Diez, el cual estableció en Panamá en años recientes.
El nexo entre Cisco y Cruz-Diez no puede ser sobreestimado. Desde que se conocieron en París en 2010 –gracias a la intervención del artista panameño Humberto Vélez– la relación ha sido una influencia importante en la carrera de Merel. Además de promover en él los valores del trabajo en familia y la organización técnica, Cruz-Diez y la facilidad de trabajar en Articruz han permitido que Cisco se enfoque en el desarrollo del color, la forma y la creación de esculturas y ensamblajes. De hecho, el saber que dicho espacio de trabajo estaría disponible para su uso fue una razón de peso en la decisión de regresar a su país para producir arte, después de algunos años de residencias en Francia y Alemania.
La envergadura de la obra reciente de Cisco ya le ha permitido pasar al campo de la producción industrial, con el apoyo de técnicos y especialistas como los que trabajan en Articruz. “Aunque haya gente que trabaje contigo uno siempre debe estar allí. No es como que aprieta el botón y sale solito. Hay mucha más planeación, como si fuera un arquitecto. Se hacen prototipos, debes estar seguro de que la ejecución sea efectiva dentro de los tiempos. La responsabilidad es mayor. Si quieres hacer un edificio necesitas de un equipo de personas especializadas en cada área. Uno va aprendiendo a trabajar en grupo. Una de las enseñanzas de trabajar en el taller Articruz es el trabajo en colaboración y la constante investigación para hacer los procesos más efectivos”, explica Merel.
El artista con las manos en la masa en Articruz.
Agrega que el estudio se utiliza por proyecto y para cosas específicas. El espacio, en el cual otros artistas y el mismo Cruz-Diez trabajan, es como una plataforma de aprendizaje e interacción, y es común que se den colaboraciones entre ellos.
Spectra
La primera acción de Merel en 2016 fue la muestra colectiva titulada Spectra, realizada en marzo en la Marion Gallery de la familia Cruz-Diez en ciudad de Panamá. En ella Cisco compartió el espacio con algunos artistas de mente afín a la suya: 1010 (Polonia), Felipe Pantone (Argentina/España) y Nelio (Francia). El concepto fue desarrollado entre todos por Internet, y el grupo compartía un background en muralismo y grafiti.
La colectiva Spectra unió a colegas apasionados por explorar la diversidad de la forma, el color y el volumen.
El artista explica el proyecto de la siguiente manera: “Spectra surgió al decidir invitarlos a pasar una estancia productiva en Panamá y entablar una relación más real con artistas que admiraba desde hacía tiempo. De esta inquietud surge la invitación vía internet y la propuesta de involucrar a Articruz como plataforma de producción, con Marion Gallery como espacio expositivo del resultado. Realmente se convirtió en una residencia de arte, una experiencia de intercambio con mucho diálogo. Para ellos fue la gran oportunidad de conocer al maestro Cruz-Diez y el desafío de producir sus trabajos de una manera totalmente distinta. ¡Fue un proyecto muy positivo para todos!”.
Esta interacción con los colegas le abrió la mente a considerar la realidad virtual como medio para explorar, lo cual haría con su hermano más adelante.
Intervención
El año continuó en julio con una intervención en la Zona 4 de ciudad de Guatemala. En un proyecto gestionado por la galería/espacio cultural La ERRE, con el cual ha colaborado anteriormente.
Su comisión fue pintar el patio interno de un edificio de 10 pisos, lo cual le tomó una semana. Puesta sobre una pared de ladrillo que se aprecia desde las escaleras, la obra es un juego vertical de color y forma, con líneas rectas y círculos. Todo el edificio tenía arte en diversos detalles, y el trabajo realizado entre arquitectos y artistas consistió en regenerar todo un barrio con arte aplicado en espacios culturales como cafés, restaurantes y hasta apartamentos. Merel destaca el trabajo del galerista Andrés Asturias y lo que su equipo está logrando con artistas jóvenes de la región centroamericana. Cisco regresaría a tierras chapinas en octubre con una muestra completa gestionada por Asturias y compañía.
La pieza le tomó una semana de intenso trabajo.
Panachina
Sus ojos ligeramente rasgados y su apellido materno (Choy) indican la herencia china de Cisco. Esta muestra, creada originalmente en 2014, recibió un mayor alcance cuando el Museo de Arte Contemporáneo de Panamá (MAC) decidió agregarla como complemento nacional a una muestra que habían montado con artistas contemporáneos de China continental, llevada a cabo durante los meses de septiembre y octubre.
La iniciativa surge de su primo, Samuel Rumaldo Choy, con el deseo de rescatar su identidad y la memoria de su abuelo, un inmigrante chino que llegó a Panamá a principios del siglo pasado. “Mi abuelo nos inculcó cosas importantes como el valor de la familia, de dónde venimos y quiénes somos. Queríamos hacer un tributo para manifestar la mezcla del chino panameño”, señala. En un principio la expo se planeó como algo más íntimo en un espacio de Casco Viejo entre amigos y familiares, pero la respuesta del público les hizo entender la importancia de trabajar en base a este cruce cultural, y cuando el MAC les hizo la invitación Samuel fue el elegido para la curaduría. Al final participaron Laura Fong, con unos videos psicodélicos montados sobre fotos viejas de sus parientes; Ian Chang con una especie de monumento que tenía una pecera, objetos personales y hasta pelo suyo; Manuel Choy, arquitecto, hizo una especie de escultura usando piezas de dominó chino; Samuel preparó un homenaje a la comida china en Panamá, con una escultura de una mesa servida con delicias cantonesas junto a un mostrador lleno de salsa china y kétchup; Rosendo Merel Choy, hermano mayor de Cisco, preparó ilustraciones digitales interactivas inspiradas en logos de productos chinos y juegos de video.
La obra de Cisco consistió en un puente tubular rojo con amarillo sobre superficie reflexiva. La inspiración vino de esas imágenes kitsch de paisajes bucólicos de China que se ven en los calendarios que los comerciantes chinos tienen en sus abarroterías y ferreterías. Su idea era tratar de hacer un puente infinito, reflejando la circulación infinita y el puente cultural entre ambas naciones. El uso del rojo y el amarillo no fue tan obvio en este caso: eran colores que el artista siempre usa por separado pero que decidió unir en este pieza como un experimento personal. Una pared pintada de rojo para la exhibición en la sala del museo se reflejaba en el espejo de su puente desde ciertos ángulos, creando una sorpresiva escena de atardecer.
El artista comentando su puente reflectivo con el público del MAC Panamá.
Durante la exhibición, y aprovechando el momentum, el Chinese American Museum de Estados Unidos pasó por Panamá haciendo un scouting de artistas de ascendencia china para medir la influencia de esta cultura en Latinoamérica, con el fin de realizar una gran exposición en Los Ángeles en 2017. El carácter personal de las obras de Panachina y la conexión que crearon con el público les hizo valorarlas de una manera especial, y Cisco y algunos de sus colegas/paisanos fueron elegidos para participar.
Interacta
Inmediatamente apenas Panachina fue desmontada del MAC, a finales de octubre, la institución estaba lista para montar la siguiente muestra de su sala de arte experimental MUTA, en la cual artistas exploran la conexión entre ciencia, arte y tecnología. Da la casualidad que Cisco y su hermano Rosendo habían aplicado a la convocatoria y fueron elegidos, proponiendo el proyecto adecuadamente titulado como Interacta.
Echemos para atrás un momento. En Spectra, analizando posibilidades de nuevos medios con sus colegas extranjeros, Cisco se abrió por primera vez a la posibilidad de usar la realidad virtual en su obra. En dicha exposición hicieron una pieza de virtual reality donde podías moverte en 360 grados en un espacio rodeado de trabajos de los artistas participantes, pero no podías agarrar cosas y moverte. Rosendo es un maestro técnico de todo lo digital, desde animaciones hasta 3D mapping, y ambos hermanos entonces concibieron una muestra en conjunto donde se mejorara esta propuesta.
Rosendo Merel Choy probando Interacta frente a una obra de su hermano Cisco.
Así surgió Interacta. “Es una fusión. Él maneja programación, códigos, y la parte técnica que es súper compleja. Siempre me he sentido cómodo con él porque desde mis inicios hemos trabajado juntos, y Rosendo siempre me ayuda en mi proceso hablando de arte y cosas que nos interesan”, comparte Cisco. Sobre el medio en sí, el artista piensa que es un campo lleno de oportunidades: “Tenemos que usar los medios de nuestra generación. Es como cualquier otro medio, como si fuese un pincel, una lata de pintura o cualquier otra herramienta. Lo que te hace es crear un mundo de posibilidades de interacción y de crear. No es solo tu: sin el espectador la pieza no está lista. Cada versión de cada pieza es diferente a las anteriores. Para mi es como un estudio sociológico, viendo lo que cada quien hace con los elementos tuyos que están allí. Puedes sostener, construir, algunos objetos funcionan con gravedad, otros no”.
Rosendo, su hermano y los chicos de Spectra trabajando en la pieza que dio paso a la colaboración de Interacta.
A simple vista se puede tomar como una especie de Minecraft artístico, ese juego online que hoy en día cautiva a millones de niños permitiéndoles crear y divertirse en sus propios mundos virtuales. Agrega Cisco que la pieza en sí y toda la tecnología se puede ver como un juego, pero la complejidad conceptual es más profunda y a nivel mundial hay poca gente que está haciendo arte en realidad virtual, tanto por lo técnicamente complejo como por su alto costo. El artista señala que “lo hicieron a pulmón” porque les interesa la investigación, y la positiva respuesta del público les hizo ver que sus esfuerzos fueron reconocidos. ¿Te hubieras imaginado el estar, literalmente, dentro de un Cisco, pudiendo agarrar sus abstracciones geométricas y armarlas a tu gusto? Pues en 2016 los hermanos Merel Choy lo hicieron posible.
Visual System y Estudio Modular
Cisco cerró el año con dos exhibiciones simultáneas: Visual System en Guatemala en el espacio de La ERRE, y Estudio Modular en Galería Mateo Sariel en Panamá. Ambas expuestas entre octubre y noviembre, su contenido refleja el sistema visual de construcción del artista, o la manera como piensa y organiza sus piezas, además de servir como una especie de depuración de todos los trabajos que ha hecho antes. “Visual System y Estudio Modular se conectan, son casi lo mismo pero con diferentes nombres, y se concentran en la depuración de la forma, el vocabulario y el color”, analiza, recordando que desde hace media década ha dejado atrás la figuración en favor de adentrarse en la abstracción.
Visual System en el espacio de La ERRE en Guatemala.
Las muestras incluyen esculturas y ensamblajes, medios en los cuales se había concentrado recientemente, pero este año decidió retomar la pintura, de la cual no siente que se ha podido desligar del todo. “Lo interesante es que cuando comencé a pintar otra vez me salían esculturas, ¡y así las esculturas se convirtieron en pinturas!”, comenta sorprendido. Esta influencia cruzada se basa en la tridimensionalidad, y hubo piezas en Estudio Modular que en Intereacta podías manipular.
Estudio Modular en Galería Mateo Sariel, ciudad de Panamá.
El hilo conductor entre cada muestra es la construcción lineal, y dicha revelación lo ha llevado a crear otra serie de obras que está preparando, las cuales buscan rescatar el boceto y la línea, que son tan importantes como la forma final. “Quiero hacer las piezas sin el relleno, llegando al punto de la liviandad y resaltando la conexión entre los puntos y las líneas, como si fuera un dibujo tridimensional”, proyecta Cisco.
El color y la forma
Estas dos cualidades son intrínsecas para el trabajo de Merel, y es interesante escuchar sus opiniones al respecto.
Detalle de una escultura de Estudio Modular.
Sobre el color: “A lo largo de los años comienzas a construir tu propio lenguaje en color, tu propia paleta, la cual vas depurando. Va cambiando y creciendo lentamente. Me pasó en Alemania: llegaba gente a un open studio en el que estaba trabajando y me decían, “¡tu no eres de aquí, demasiado color!”. No puedo negar mi identidad de Panamá, de latinoamericano, que se asocia con el color: las plantas, el paisaje, todo es color, la luz… todo tu entorno te influye; en especial a mí me influyeron mucho los juguetes cuando estaba chico, eso de ser mate pero también medio brillante, y hay cosas que tienen significados y que vienen de diferentes partes”.
Sobre la forma: “Hay mucha gente que dice que la abstracción es fácil, que siempre es el mismo lenguaje. Yo creo que es mucho más complicado. Es pensar y darle la vuelta para no repetirte, que puede ser muy fácil y depende de cada quien. En mi caso a mí me gusta el cambio constante, la investigación de la obra. Empecé con el grafiti, viendo que si cortaba las letras como la c luego quedaba otra forma, y eso lo transportaba y lo unía; comencé a hacer composiciones que eran los árboles, y esos árboles luego podían ser un pájaro. Me di cuenta que estas formas eran lo importante, no lo anterior, y por ahí entendí que iba la cosa…”.
El artista resalta que para él la abstracción es como un desafío a afrontar, un camino lleno de oportunidades que apenas está empezando y en el cual piensa seguir con paso firme.
Una espectadora aprecia una obra de Visual System en Guatemala.
Quizás el 2017 sea más relajado para Cisco Merel, o tal vez continúe con este envidiable ritmo de trabajo que tuvo en 2016. Como sea, lo cierto es que la proyección de su carrera estará cimentada con la dedicación, análisis y trabajo original que ha demostrado en 10 años de producción artística.
Fotos cortesía del artista.