En las artes, los egos son un tema a considerar. Es común que cada gestor esté en lo suyo, resguardando celosamente su experiencia y modo de trabajo, compartiendo con otros colegas solo cuando es necesario y con algo de reserva. Pero estas son cosas que el público nunca ve, que solo se saben a lo interno, y no que afectan para nada la apreciación que la gente pueda tener del arte que producen.
Me es grato reportar que con el deseo de generar conocimiento y nutrir a nuevas generaciones de artistas, este tipo de actitudes han ido cambiando poco a poco gracias a los talleres, charlas y conversatorios que constantemente están surgiendo en todo el país. Un buen ejemplo de esto es Pretextos: un ciclo de encuentros teatrales, evento organizado por el reconocido director y dramaturgo Winnie Sittón y realizado en mítico estudio del Grupo Experimental de Cine Universitario (GECU). Durante varios meses ha llevado a cabo charlas sobre diferentes temáticas relativas al teatro, desde la actuación hasta la iluminación, todas con una respuesta positiva de un público ávido de conocimiento teatral. La más reciente edición fue una de lujo y totalmente inesperada.
Winnie logró que las cuatro de las principales productoras de teatro en Panamá, que abarcan los diferentes estilos de producción y obras que se ofrecen en las tablas nacionales, compartieran la palestra para comentar sobre su complicado oficio, el cual muchas veces pasa inadvertido cuando el montaje es un éxito.
Las invitadas fueron Anina Horta, actriz, productora y fundadora de Teatro ABA; Diane Spivak (Abouganem), productora de musicales y obras como El ahogado; Mariela Aragón Chiari de Teatro Carilimpia, populares por sus obras de vanguardia y presentaciones públicas; y Nikki de Roy, la matrona de Broadway en Panamá. Como moderador, Winnie les pidió que hablaran de cómo encontraron su vocación y que comentaran sobre su manejo de los aspectos más importantes de su trabajo, como el colaborar con directores y actores y sus fórmulas para recaudar fondos.
Complementándose de una manera natural y amigable, cada una opinó y conversó sobre su pasión por el teatro, luciendo por su talento y determinación tanto como por su belleza propia. A continuación resumo lo que más me llamó la atención de lo que cada una dijo.
Vocación
Anina Horta, quien inauguró Teatro ABA en 1990, posee una formación profesional de ingeniería y matemáticas. Aunque viene de una familia de actores, su decisión de dedicarse de lleno al teatro llegó por necesidad: había estado trabajando para el gobierno, y tras la invasión de 1989 y el cambio de régimen se asoció con su hermana Aurea para formar su propia compañía.
Nikki de Roy creció en Alemania y llegó a Panamá de niña. Siempre sintió afinidad por las presentaciones artísticas, y estando en el istmo quiso evocar o recrear la variedad de espectáculos culturales que conoció desde pequeña en Europa. Se describe como una empírica que ha aprendido estudiando por cuenta propia.
Diane Spivak era de esas chicas que participaba en todas las presentaciones teatrales de su colegio, que en este caso fue el Alberto Einstein. Estudió enfermería en México y a su retorno se volvió a involucrar con las actividades culturales de su alma mater, ahora apoyando a sus hijas. Cuando una de ellas fue invitada a participar en una obra “de verdad”, la madre vio el espacio para aplicar su experiencia y hacer su entrada al teatro profesional. El clásico El violinista en el tejado es uno de sus trabajos más destacados.
Mariela Aragón Chiari, sintiendo que por su apariencia mestiza su participación en el teatro estaría limitada a ciertos roles estereotípicos, decidió crear espacios propios para ejercer su pasión. La primera vez que estuvo en un escenario sintió el poder que acompaña la actuación, pero antes de encapricharse pensó primero en la responsabilidad que ha de acompañar a esta vocación, tanto para ella como artista como para el público que habría de apreciar su talento.
El productor
El director dirige y se lleva la gloria junto a los actores principales, quienes llevan el peso dramático de la obra. ¿Pero qué hace el productor? ¡Pues todo lo demás!
Mariela comenta en Carilimpia ella y su socia, Maritza Vernaza, asumen todos los costos y se enfocan en seguir la visión creativa del director que contraten; mientas su socia hace los números y las ventas, ella se enfoca en los aspectos creativos de la producción, los cuales maneja con destreza ya que al ella ser actriz y protagonista de sus proyectos sabe bien qué es lo que necesita y cómo sirve mejor al elenco. Diane piensa, ante todo, en qué va a producir, reconociendo su rol como la persona que empieza el efecto dominó que lleva a la realización de una obra. Nikki afirma que el productor debe saber de todo, música, vestuario, dirección de arte, porque su buen gusto y responsabilidad con el público hacen que cada detalle esté bien supervisado. Por su parte, Anina señala que solo produce obras que a ella le gusten, prefiriendo las comedias a los dramas, y que sus gustos han cambiado con el tiempo.
Supervisar que el montaje se haga acorde al presupuesto, limitando los posibles caprichos del director o de algún actor, es una parte importante de lo que todas hacen, a veces aterrizando ideas que se ven bien en el papel pero que no son posibles dentro del contexto de su producción.
Los actores
Al hablar sobre los actores, Winnie les pidió comentar sobre la aparente y eterna “rosca” que existe en las producciones locales, esa idea de que siempre aparecen las mismas personas en las producciones de cada una. Nikki lo resumió muy bien señalando que “solo los buenos repiten”, o sea que aquel que se muestra responsable y comprometido tiene más probabilidades de volver a ser llamado para una nueva producción.
La puntualidad y la disciplina son menester aquí. Todas son estrictas con la asistencia y atención durante los ensayos. Anina no tolera faltar, chatear y tomar, “¡solo si se le muere la mamá puede faltar ese día!”, comenta, y no duda en sacar a alguien del elenco cuando no cumple con lo solicitado. Diane no acepta “divismos”, o actitudes ensaladas de diva, resaltando que en este país que aún está en su juventud teatral todos los de la producción todavía están aprendiendo, incluyéndose a ella. Mariela tiene su tropa recurrente, pero siempre está abierta a encontrar y trabajar con nuevos talentos.
Financiamiento
Este es un tema fundamental para la producción teatral, y las invitadas recaudan fondos para sus obras basándose en esquemas ya establecidos que aplican según su estilo o necesidad.
Anina destacó en este punto al comentar sobre el sistema de preventa que ha desarrollado con gran éxito para ABA, un tema que en lo personal siempre me ha interesado. La productora puso en práctica sus dotes de ingeniera y matemática ingeniándoselas para desarrollar una fórmula que le permitiera, con una relativa certeza, vender todos sus boletos antes del día de estreno y evitar el triste rechazo de patrocinadores; “¡no me gusta que me digan que no!”, exclamó con una sonrisa pícara. Ella ofrece paquetes de boletos a personas comunes y corrientes para que los vendan por una comisión del 50%, algo elevado para algunos pero un porcentaje que incentiva la venta, según la creadora, quien afirma que tiene vendedores en docenas de oficinas de todo tipo en el país. Más importante aún es su base de datos, la cual ha ido depurando en 25 años de producción, y en la que anota las personas que asisten a su teatro para invitarlos a formar parte de este negocio de economía creativa. Dice tener más de treinta mil personas en esa lista, y aunque le han dicho que hoy en día hay un buen negocio en la compra y venta de bases de datos ella la guarda celosamente.
Los costos de un musical son extremadamente elevados, sobre todo en comparación con una obra de teatro convencional. La música, el vestuario y la puesta en escena deben poseer cierto estándar, y eso hace que sus boletos sean más caros. Por eso Nikki y Diane se enfocan en buscar patrocinios de grandes empresas y corporaciones, a las cuales les ofrecen el beneficio de disponer de boletos para sus clientes o colaboradores además de publicidad. Se concentran menos en hacer preventas y la taquilla suma cuando es buena, algo que sucede si la obra es un éxito rotundo. Ambas se han convertido en diestras vendedoras y aprovechan contactos sociales y profesionales para comercializar sus proyectos; “¡En las bodas me huyen porque siempre estoy pidiendo plata!” –confiesa Nikki– agregando que “he perdido pero por pasión”, ya que le llena más de orgullo el saber que pudo montar Les Misérables y Phantom of the Opera como dios manda y cumplir con sus compromisos que obtener grandes ganancias en lo personal.
Mariela, con un teatro que tiene un elemento de contenido social tanto como de entretenimiento, le apuesta a las organizaciones sin fines de lucro, corporaciones con programas de responsabilidad social y fondos estatales para lograr sus producciones. Teatro Carilimpia hasta ha desarrollado un sistema de mecenazgo, otorgando beneficios especiales a aquellos mecenas que donen para la producción. Sin embargo, todas concuerdan en que el gobierno debe hacer un esfuerzo para promover y apoyar a la cultura, y también todas coinciden en que esto requiere de un cambio de políticas de estado que todavía no hemos alcanzado. Mientras esto sucede, la oferta y la demanda siguen creciendo.
Final feliz
La tertulia concluyó con dos buenos incentivos: la presentación de la plataforma online de crowdfunding Costeame, la cual asiste a los gestores en la recaudación de fondos para proyectos, y una invitación para aplicar a Iberescena, el Fondo de Ayuda a las Artes Escénicas Iberoamericanas apoyado localmente por el Instituto Nacional de Cultura y su Dirección de las Artes.
Los entusiastas y profesionales del teatro panameño que llenaron la sala del GECU quedaron agradecidos a Winnie y sus cuatro invitadas por la clase magistral gratuita que impartieron. Uno nunca se hubiera imaginado a estas destacadas mujeres, aparentes competidoras, en un solo lugar conversando gregariamente sobre su modo de trabajo, pero todas denotaron entusiasmo, pasión y compromiso. Cada una declaró ser admiradora de la otra, mientras que el resto confirmamos que las apreciamos a todas.