El artista panameño sorprende con una propuesta que lo saca de su zona de confort mientras reafirma sus convicciones creativas.
Empiezo con una excusa. El período agosto-septiembre ha sido, quizás, uno de los más activos de la escena artística de Panamá en años recientes. Solo el circuito de FotoSeptiembre, originado en el MAC, ha tenido 10 exhibiciones distintas en diferentes espacios y galerías, además de la presentación de otras muestras no menos importantes como las del maestro Arístides Ureña Ramos en la Casa Museo del Banco Nacional, Camila Bernal en Mateo Sariel, el cubano Carlos Estévez en Allegro y una muestra de grabados del mexicano Francisco Toledo en SoHo Mall, gestionada por la Embajada de México.
En lo personal, yo participé como curador en dos exhibiciones que inauguraron en estas fechas: Panamá Instantánea, de instagramers o fotógrafos emergentes en el lobby del hotel Hilton, y 6x6 Ceramic Tile, en la galería de empleados del Banco interamericano de Desarrollo (BID) en Washington, con la participación de Irma García Villalaz, Giana De Dier y Lezlie Milson. Dentro de todo este trajín olvidé la primera visita guiada que Rolo de Sedas ofreció para conocer su muestra ABC123, montada en el recién estrenado salón del Museo de Plaza Mayor Samuel Lewis García de Paredes en el Conjunto Monumental Histórico de Panamá Viejo. Cuando el artista envió el aviso de una última visita acompañada decidí aprovechar la oportunidad.
Fui prácticamente la penúltima persona en ver la muestra antes de que el artista y su pareja la desmontaran durante una tarde de domingo húmedo y gris. El esfuerzo definitivamente valió la pena.
El ABC123 Panamá es una exhibición de más de 30 pinturas que recogen las letras del abecedario y los números del 1 al 9, cada una con una imagen inspirada en diferentes elementos e imágenes propias de la cultura panameña. Este concepto, tan básico como noble, atiende a las convicciones personales del artista, quien en su trayectoria de más de una década ha demostrado una conciencia cívica y cultural como uno de los fundadores y facilitadores de la Fundación Sembrarte, la cual ha realizado proyectos artísticos para varias comunidades y grupos de la ciudad, y participando con la alcaldía capitalina para crear arte en espacios públicos, como las obras suyas que se pueden apreciar debajo de los puentes que están cerca de la Cervecería Nacional y el Mercado del Marisco.
La visión de Rolo es siempre a largo plazo, y este proyecto muy bien se puede convertir en un libro didáctico para niños, enseñando por partida doble letras y números junto a curiosidades de nuestra identidad nacional. Esto no es algo nuevo ya que otros artistas han realizado proyectos similares, desde el antes mencionado Francisco Toledo, quien ha hecho ilustraciones para libros que enseñan español y su lengua materna a niños de la etnia zapoteca del estado de Oaxaca, hasta los pintores y dibujantes que a través de la historia han interpretado iconos religiosos o los arcanos del tarot. Las postales sobre Panamá hechas durante varios años por Jonathan Harker siguieron un propósito parecido, solo que con un tono claramente irónico y de crítica social.
Es este enfoque didáctico/lúdico lo que sorprende del artista en esta nueva propuesta. Rolo De Sedas es una figura polarizadora en el arte nacional. Los más esnobs lo acusarían de superficial y vendido, usando sus populares mamis para ilustrar vasos coleccionables de Niko’s Café o botellas de kétchup Maggi; los más abiertos lo aprecian por mostrar una imagen colorida, alegre y original de la mujer panameña, sin mayor pretensión intelectual que la de ofrecer una estética bonita y propia (sí, lo han plagiado). Muchos artistas, sobre todo aquellos que quieren vivir del arte, podrían ver esto como logros inteligentes. Otros, sin embargo, lo aprecian como comercialización exagerada. Esta es una cuestión subjetiva y personal, por supuesto, y no elimina el hecho de que hoy en día este artista es conocido por imágenes que él creó y que apelan a su identidad creativa.
Dicho esto, las mamis están presentes en ABC123, aunque de una manera más sutil y en servicio del concepto principal de la muestra. Las podemos ver en la ñ de Ñame hirviendo en sancocho, con una pelirroja simpática soplando una cuchara con un pedacito del tubérculo mientras se toma un sancocho, o en la r Raspado, en la que los colores de los sabores se complementan y juegan con las decoraciones de un grupo de empolleradas coquetas. Otra diferencia es que aquí vemos a mamis más representativas del país, como las de n de Ngobe Buglé el pueblo del agua o las de u Ustupu Guna Yala, un par de islas en la comarca caribeña. Ambas obras mantienen su estilo ya establecido y son fieles a la estética de cada cultura.
Las mamis aparecen pero también se ven hombres, lo cual es algo nuevo. También hay obras que muestran arquitectura, como en la t de Teatro Nacional y la s de San Felipe; la primera es una perspectiva interior del teatro, con el espectador enfrentando los palcos de los costados, el escenario y los frescos de Roberto Lewis en el techo, detallados lo suficiente como para identificar este teatro entre cualquier otro, mientras que la segunda es un paisaje del Parque de Catedral con la iglesia y las casas aledañas como fondo y con cierto efecto de perspectiva. Estas dos obras son de lo mejor de esta muestra y representan un esfuerzo del artista por hacer cosas diferentes con su propia estética.
Entre tantas opciones de contenido para cada imagen el artista no pudo evitar algunos caprichos personales los cuales, sin embargo, quedan como detalles curiosos en vez de afirmaciones gratuitas de ego. Por ejemplo, en la v de Valentino y en 4 patitas Rolo retrata a sus dos gatos, y su amor por los felinos y los animales en general está presente en otras pinturas, como en la g de Garras de Águila Harpía y en la l de Loros. El número 1, cuya imagen es un sol sonriente, es un autorretrato, el cual flanqueado por mamis sirenas y ángeles lleva el mensaje “¡Que tengas un día maravilloso!”. El artista no pudo haber encontrado una mejor manera de incorporarse en su obra y de hacerlo con cierta amabilidad.
Algunas fantasías también fueron permitidas, como en la sirena de pelo turquesa en la x de El mapa del tesoro de una pirata, en los gatitos astronautas en 8 planetas, o en el sexy conjunto típico de El nuevo quinteto de las estrellas de la mejorana, el cual tiene a cinco mujeres con vestidos cortos y rojos y sombreros a la pedrada tocando la guitarrita tradicional, con sus ojos cerrados concentradas en la música. Esto me pareció como una versión panameña de la estética de los videos icónicos del cantante Robert Palmer en los años ochenta, en los cuales su banda de músicos eran unas modelos altamente estilizadas, con trajecitos entallados y sensuales, quienes se movían al ritmo de la música con sus respectivos instrumentos sin dejar de posar.
Decir que el arte de Rolo De Sedas es pop o naif es irrelevante. A él le gustan, como a los ilustradores japoneses de comics, los ojos grandes y las expresiones adorables. Su dominio de la composición, el dibujo y la aplicación del color pesan más en su técnica, y en ese sentido es admirable cómo todo el conjunto de estas obras mantiene un nivel de balance y calidad de acabado, dos cualidades positivas que son difíciles de lograr en una serie con tantas imágenes diversas.
Durante mi visita de despedida a El ABC123 Panamá los últimos en ver la muestra fueron una familia de tres. Era una pareja de cuarenta y tantos con un hijo adolescente. La mamá era la fan de Rolo, enganchada por sus mamis y sorprendida de ver tantas creaciones diferentes del artista. Ella le preguntó si los cuadros estaban a la venta, y al recibir una respuesta positiva se interesó en comprar uno ipso facto. No cuestionó ni regateó el precio de cuatro cifras que le fue ofrecido. Esto demuestra un nivel de aceptación y aprecio al que la mayoría de los artistas suelen aspirar.
En lo personal, esta nueva obra de Rolo De Sedas me sacó una gran sonrisa. Me hizo sentir feliz en el momento y orgulloso de mis raíces panameñas. En retrospectiva, su obra sigue de cierta forma la línea de Margaret Keane, la pintora estadounidense que saltó a la fama durante los años sesenta y setenta por sus posters de niños tristes con ojos enormes. En la película de Tim Burton Big Eyes se conoce su historia, en la que ella siente su llamado creativo por razones personales desde un principio y lo mantiene hasta el final de su producción, teniendo que lidiar sobre el camino con su marido manipulador para recuperar el derecho de autor de sus obras.
Con esta muestra, la cual podría volver a ser expuesta en otro espacio de manera itinerante, Rolo proyecta más profundidad conceptual y habilidad técnica, sin perder su noción de lo que el público pueda apreciar y lo que él quiere hacer.